Para que un cumpleaños sea inolvidable, no puede faltar una tarta. La más habitual es una tarta de chocolate, pero se puede hacer de otras variedades, como esta tarta manzana, o con la fruta que quieras; de queso, de galletas, etc. En esta ocasión hemos optado por lo tradicional y vamos a explicaros cómo se hace la de chocolate.
Estos son los ingredientes que necesitamos
Para el glaseado:
Así se hace
Precalentamos el horno a 200º C sin ventilador. Separamos las yemas de las claras. Derretimos el chocolate en un baño María o en el microondas, con cuidado de que no se queme. Lo reservamos.
Mezclamos la mantequilla con el azúcar y lo batimos con una batidora durante varios minutos hasta que esté homogéneo. Añadimos el chocolate derretido a está mezcla y lo volvemos a mezclar de nuevo.
Una a una, incorporamos las yemas y batimos después de cada adición.
Por otro lado, montamos las claras a punto de nieve, en un recipiente limpio con las varillas. Una vez que tengan consistencia, le añadimos 1 cucharada de azúcar y unas gotas de limón para que se endurezcan.
Cuando estén montadas del todo, las incorporamos a la mezcla anterior, removiéndolo con una espátula con movimientos envolventes para que no se bajen.
Tamizamos la harina junto con la levadura y la añadimos a la mezcla anterior, con cuidado de no bajar las claras.
Todo esto lo vertemos en un molde grande redondo previamente engrasado con mantequilla, y alisamos la superficie con una espátula.
Introducimos el molde en la parte media del horno y dejamos que se cocine durante una hora y media. Lo ideal es que cueza 15 minutos a 200º C y luego se reduzca la temperatura a 180ºC.
Mientras se cocina, podemos preparar el glaseado. En un cazo, ponemos a calentar el chocolate con el azúcar y medio vaso de agua hasta que se derrita todo. En ese momento, incorporamos la mantequilla y dejamos que se derrita. Lo removemos todo y dejamos que repose hasta que preparemos la tarta.
Una vez que el bizcocho esté hecho (eso lo podemos comprobar pinchando un palillo en el centro, si sale húmedo es que no está, si sale seco es que si), lo sacamos del molde y dejamos que enfríe sobre una rejilla durante 10 minutos.
A los 10 minutos lo desmoldamos con cuidado, y dejamos que termine de enfriarse por completo sobre la rejilla. Una vez que esté completamente frío (podemos acelerar el proceso metiéndolo en la nevera), podemos cortar el bizcocho en 3 capas.
Lo rellenamos con la mermelada de fresa (o de cualquier otro sabor) o con nata montada. Volvemos a montar el bizcocho y vertemos el glaseado por encima, cubriendo toda la superficie.
Lo podemos extender con una espátula para que nos quede más liso. Dejamos que el glaseado se endurezca y lo servimos.